La lucha por la Defensa del Sistema Público de Pensiones es
una lucha muy importante.
No sólo porque afecta, en la actualidad, a más de 8 millones
setecientas mil personas, sino porque disfrutar de una pensión es algo que todo
trabajador y trabajadora se merecen, al terminar su vida laboral, con la que han
contribuido, de manera efectiva y real, al progreso de toda la sociedad; es
importante porque interesa a todos, a los
actuales pensionistas, a los que se acercan a la edad de jubilación, y a todas y todos los trabajadores cuando lleguen a ese
momento.
Esta lucha es, además, muy importante, porque
tradicionalmente los pensionistas hemos sido conformistas con nuestra
situación, pero hemos dicho ¡basta!. Bien porque nos encontrábamos seguros con
nuestra pensión, o bien porque nos sentíamos impotentes, no sabiendo cómo
organizarnos, y creyendo que no íbamos a poder ejercer fuerza suficiente ante los
gobiernos de turno, permanecíamos pasivos, dejando que las cosas siguieran como
estaban. Sin embargo, nos hemos puesto en marcha, estamos demostrando que somos
capaces de organizarnos, y de aunar fuerzas para presionar al gobierno y los
partidos políticos, y conseguir así que empiecen a escucharnos y nos hagan caso.
Hemos luchado porque la revalorización de las pensiones
actuales se haga conforme a la subida de los precios. Y, fruto de nuestra
presión, parece ser que algo se ha tenido en cuenta. Tendremos, no obstante,
que estar atentos para ver cómo queda este capítulo en los recientemente
aprobados Presupuestos Generales del Estado.
Pero no podemos estar, cada año, pendientes de la subida de
nuestra pensión. Ni preocupados, constantemente, por el mantenimiento de la
misma. Por eso, reclamamos que las pensiones se actualicen, como mínimo, de
acuerdo a la subida de los precios, que los Presupuestos Generales del Estado
garanticen el abono de las pensiones, y que esta obligación quede recogida en
la Constitución. Para ello, además, insistimos en que el derecho a una pensión
digna y suficiente debe ser un derecho con categoría de derecho fundamental,
como los derechos de manifestación, reunión o libertad de expresión, por
ejemplo, de tal manera que podamos llevar al juzgado al gobierno cuando no lo
respete, cosa que ahora, tal como está recogido en la Constitución, no es
posible. Y que podamos, por ejemplo, reclamar en el juzgado lo que nos deben
por habernos congelado la pensión o habérnosla actualizado sólo con la subida
del 0,25%.
Reivindicamos que la pensión mínima llegue a los 1.080 €
mensuales, como recoge la Carta Social Europea, y que las pensiones de las
mujeres se igualen a las de los hombres, sea cual sea su modalidad,
reduciéndose, hasta su desaparición, la actual brecha existente entre unas
pensiones y otras.
Por supuesto que apoyamos la subida de salarios que reclaman
los y las trabajadoras en activo, empezando por el Salario Mínimo
Interprofesional. Reclamamos la creación de empleo. A más y mejores salarios mejores condiciones
de vida, mayores cotizaciones y más ingresos para la Seguridad Social.
De unos años para acá, se nos viene diciendo que todas las
medidas que han adoptado los gobiernos, de acuerdo, en algunos casos, con los
sindicatos UGT y CCOO y la patronal, han ido encaminadas a preservar el actual
sistema de pensiones. Nosotros nos preguntamos: ¿se puede sostener el sistema
cargándose las pensiones? ¿Sólo se garantiza la continuidad del sistema a base
de recortarlas? ¿Qué quedará del sistema si las pensiones desaparecen? ¿Los
fondos privados de pensiones son la única solución? ¿También para quienes no
llegan, con su sueldo, siquiera a fin de mes?
Empezaron retrasando a los 67 años la edad de jubilación, y aumentando
el número de años cotizados para calcular la pensión inicial. Ello está
produciendo que un trabajador o trabajadora, a la hora de jubilarse, pierda
entorno a un 20% con respecto a lo que venía ganando en activo.
Pero, ¡atención! Quieren aplicar también lo que llaman el Factor
de Sostenibilidad, una forma más de recortar las futuras pensiones. La
Coordinadora para la Defensa del Sistema Público de Pensiones estamos
rotundamente en contra de que se aplique dicho factor. Y no porque nos afecte
directamente, sino porque pensamos en los que vienen detrás, para quienes
conseguir una pensión digna va a ser muy difícil y, para los más jóvenes, casi
imposible.
Quizá no se tenga muy claro lo que ese factor significa.
Bajo esa rimbombante palabra se esconde un recorte más,
quizás el más sangrante. No conformes con machacarnos cuando estamos
trabajando, pretenden castigarnos si tenemos buena salud al jubilarnos. Por una
ley casi natural y gracias al trabajo de todos, de los currantes, de los
profesionales, de los científicos, la medicina avanza y cada vez vamos a vivir
más tiempo. Es lo que llaman mayor esperanza de vida. Pues bien, piensan que si
la gente va a vivir cada vez más, ese beneficio de las personas corresponde
apropiárselo la Seguridad Social. Y, para ello, dicen: "si van a vivir
más, y a mí al final me toca pagar su pensión hasta que se mueran pues, no les
deseo que se mueran, pero les bajo la pensión y, así, lo que me cuesta a mí,
Seguridad Social, al final, me tiene que costar lo mismo". A más años,
menos pensión. Esto, que es un auténtico robo, además va a producir grandes
injusticias.
Cada equis años, empleando varios métodos, van a calcular
cuántos años vamos a vivir, unos y otras, de media, y se la van a aplicar a
todos y todas por igual. Da lo mismo que el trabajador haya trabajado de peón
de la construcción, la trabajadora
haciendo camas en los hoteles o el ejecutivo en un despacho con aire
acondicionado. Probablemente, el peón o la empleada de hotel llegarán a la
jubilación con su salud más deteriorada y duren menos años, pero les aplicarán
el promedio, igual que a los demás. Así, además de haber ganado menos
trabajando, les van a rebajar la pensión como a todos, aunque probablemente
vayan a vivir menos.
¿Se entiende? A nosotros, más que el número de manifestantes
que mañana publicarán los medios, lo que nos importa es que cada vez todos
tengamos más claro lo que defendemos y por qué lo defendemos y volvamos a casa
con ganas de explicárselo a los demás.
Bien. Como se ve, y en principio, la aplicación de este
factor de sostenibilidad no afecta a las actuales pensiones. La Coordinadora lo
rechaza porque los pensionistas somos solidarios por naturaleza. Nos preocupa
las pensiones de quienes vienen detrás. Gracias a nuestra pensión, muchos
hogares han podido sobrevivir en medio de la crisis. Para nosotros no hay peor
insulto que llamarnos egoístas. Más aún, no hay peor ignominia que decir que
"debemos agradecer al gobierno las tímidas mejoras que va a
implantar". Nosotros y nosotras, aún sin quererlo, hemos sido quienes
hemos contribuido a su propia estabilidad, la del gobierno, aminorando los
efectos de esta larga crisis social que los últimos gobiernos han sido
incapaces de evitar.
Por todo ello, porque, además de solidarios, tenemos larga
experiencia y vemos lo que se avecina para un futuro no muy lejano, es por lo
que insistimos en que el problema de las pensiones es un problema de todos, de
hombres y mujeres, de jubilados y jóvenes, de trabajadores en activo y de
parados, de viudas, de huérfanos y de incapacitados. Y porque sabemos que a los
trabajadores y trabajadoras no se nos da nada regalado es por lo que
insistentemente llamamos a la movilización de todos y todas, porque nuestro
futuro y el de todos está en juego. El Estado tiene medios para asegurar larga
vida al actual sistema de pensiones. Dinero hay. Sólo hace falta que se
distribuya atendiendo a las necesidades de la mayoría de la población y no a
los intereses de unos pocos.
¡POR UN SISTEMA PÚBLICO DE PENSIONES SÓLIDO Y PERMANENTE!
¡VIVA LA LUCHA DE LOS PENSIONISTAS!
¡VIVA LA LUCHA DE LAS Y LOS TRABAJADORES POR SU PRESENTE Y SU
FUTURO!
¡VIVA LA COORDINADORA EN DEFENSA DEL SISTEMA PÚBLICO DE
PENSIONES!
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