miércoles, 6 de junio de 2018

UNA LUCHA IMPORTANTE


La lucha por la Defensa del Sistema Público de Pensiones es una lucha muy importante.

No sólo porque afecta, en la actualidad, a más de 8 millones setecientas mil personas, sino porque disfrutar de una pensión es algo que todo trabajador y trabajadora se merecen, al terminar su vida laboral, con la que han contribuido, de manera efectiva y real, al progreso de toda la sociedad; es importante porque interesa a todos, a los actuales pensionistas, a los que se acercan a la edad de jubilación, y a todas  y todos los trabajadores cuando lleguen a ese momento.

Esta lucha es, además, muy importante, porque tradicionalmente los pensionistas hemos sido conformistas con nuestra situación, pero hemos dicho ¡basta!. Bien porque nos encontrábamos seguros con nuestra pensión, o bien porque nos sentíamos impotentes, no sabiendo cómo organizarnos, y creyendo que no íbamos a poder ejercer fuerza suficiente ante los gobiernos de turno, permanecíamos pasivos, dejando que las cosas siguieran como estaban. Sin embargo, nos hemos puesto en marcha, estamos demostrando que somos capaces de organizarnos, y de aunar fuerzas para presionar al gobierno y los partidos políticos, y conseguir así que empiecen a escucharnos y nos hagan caso.

Hemos luchado porque la revalorización de las pensiones actuales se haga conforme a la subida de los precios. Y, fruto de nuestra presión, parece ser que algo se ha tenido en cuenta. Tendremos, no obstante, que estar atentos para ver cómo queda este capítulo en los recientemente aprobados Presupuestos Generales del Estado.

Pero no podemos estar, cada año, pendientes de la subida de nuestra pensión. Ni preocupados, constantemente, por el mantenimiento de la misma. Por eso, reclamamos que las pensiones se actualicen, como mínimo, de acuerdo a la subida de los precios, que los Presupuestos Generales del Estado garanticen el abono de las pensiones, y que esta obligación quede recogida en la Constitución. Para ello, además, insistimos en que el derecho a una pensión digna y suficiente debe ser un derecho con categoría de derecho fundamental, como los derechos de manifestación, reunión o libertad de expresión, por ejemplo, de tal manera que podamos llevar al juzgado al gobierno cuando no lo respete, cosa que ahora, tal como está recogido en la Constitución, no es posible. Y que podamos, por ejemplo, reclamar en el juzgado lo que nos deben por habernos congelado la pensión o habérnosla actualizado sólo con la subida del 0,25%.

Reivindicamos que la pensión mínima llegue a los 1.080 € mensuales, como recoge la Carta Social Europea, y que las pensiones de las mujeres se igualen a las de los hombres, sea cual sea su modalidad, reduciéndose, hasta su desaparición, la actual brecha existente entre unas pensiones y otras.

Por supuesto que apoyamos la subida de salarios que reclaman los y las trabajadoras en activo, empezando por el Salario Mínimo Interprofesional. Reclamamos la creación de empleo.  A más y mejores salarios mejores condiciones de vida, mayores cotizaciones y más ingresos para la Seguridad Social.

De unos años para acá, se nos viene diciendo que todas las medidas que han adoptado los gobiernos, de acuerdo, en algunos casos, con los sindicatos UGT y CCOO y la patronal, han ido encaminadas a preservar el actual sistema de pensiones. Nosotros nos preguntamos: ¿se puede sostener el sistema cargándose las pensiones? ¿Sólo se garantiza la continuidad del sistema a base de recortarlas? ¿Qué quedará del sistema si las pensiones desaparecen? ¿Los fondos privados de pensiones son la única solución? ¿También para quienes no llegan, con su sueldo, siquiera a fin de mes?

Empezaron retrasando a los 67 años la edad de jubilación, y aumentando el número de años cotizados para calcular la pensión inicial. Ello está produciendo que un trabajador o trabajadora, a la hora de jubilarse, pierda entorno a un 20% con respecto a lo que venía ganando en activo.

Pero, ¡atención! Quieren aplicar también lo que llaman el Factor de Sostenibilidad, una forma más de recortar las futuras pensiones. La Coordinadora para la Defensa del Sistema Público de Pensiones estamos rotundamente en contra de que se aplique dicho factor. Y no porque nos afecte directamente, sino porque pensamos en los que vienen detrás, para quienes conseguir una pensión digna va a ser muy difícil y, para los más jóvenes, casi imposible.

Quizá no se tenga muy claro lo que ese factor significa.

Bajo esa rimbombante palabra se esconde un recorte más, quizás el más sangrante. No conformes con machacarnos cuando estamos trabajando, pretenden castigarnos si tenemos buena salud al jubilarnos. Por una ley casi natural y gracias al trabajo de todos, de los currantes, de los profesionales, de los científicos, la medicina avanza y cada vez vamos a vivir más tiempo. Es lo que llaman mayor esperanza de vida. Pues bien, piensan que si la gente va a vivir cada vez más, ese beneficio de las personas corresponde apropiárselo la Seguridad Social. Y, para ello, dicen: "si van a vivir más, y a mí al final me toca pagar su pensión hasta que se mueran pues, no les deseo que se mueran, pero les bajo la pensión y, así, lo que me cuesta a mí, Seguridad Social, al final, me tiene que costar lo mismo". A más años, menos pensión. Esto, que es un auténtico robo, además va a producir grandes injusticias.

Cada equis años, empleando varios métodos, van a calcular cuántos años vamos a vivir, unos y otras, de media, y se la van a aplicar a todos y todas por igual. Da lo mismo que el trabajador haya trabajado de peón de la construcción,  la trabajadora haciendo camas en los hoteles o el ejecutivo en un despacho con aire acondicionado. Probablemente, el peón o la empleada de hotel llegarán a la jubilación con su salud más deteriorada y duren menos años, pero les aplicarán el promedio, igual que a los demás. Así, además de haber ganado menos trabajando, les van a rebajar la pensión como a todos, aunque probablemente vayan a vivir menos.

¿Se entiende? A nosotros, más que el número de manifestantes que mañana publicarán los medios, lo que nos importa es que cada vez todos tengamos más claro lo que defendemos y por qué lo defendemos y volvamos a casa con ganas de explicárselo a los demás.

Bien. Como se ve, y en principio, la aplicación de este factor de sostenibilidad no afecta a las actuales pensiones. La Coordinadora lo rechaza porque los pensionistas somos solidarios por naturaleza. Nos preocupa las pensiones de quienes vienen detrás. Gracias a nuestra pensión, muchos hogares han podido sobrevivir en medio de la crisis. Para nosotros no hay peor insulto que llamarnos egoístas. Más aún, no hay peor ignominia que decir que "debemos agradecer al gobierno las tímidas mejoras que va a implantar". Nosotros y nosotras, aún sin quererlo, hemos sido quienes hemos contribuido a su propia estabilidad, la del gobierno, aminorando los efectos de esta larga crisis social que los últimos gobiernos han sido incapaces de evitar.

Por todo ello, porque, además de solidarios, tenemos larga experiencia y vemos lo que se avecina para un futuro no muy lejano, es por lo que insistimos en que el problema de las pensiones es un problema de todos, de hombres y mujeres, de jubilados y jóvenes, de trabajadores en activo y de parados, de viudas, de huérfanos y de incapacitados. Y porque sabemos que a los trabajadores y trabajadoras no se nos da nada regalado es por lo que insistentemente llamamos a la movilización de todos y todas, porque nuestro futuro y el de todos está en juego. El Estado tiene medios para asegurar larga vida al actual sistema de pensiones. Dinero hay. Sólo hace falta que se distribuya atendiendo a las necesidades de la mayoría de la población y no a los intereses de unos pocos.

¡POR UN SISTEMA PÚBLICO DE PENSIONES SÓLIDO Y PERMANENTE!

¡VIVA LA LUCHA DE LOS PENSIONISTAS!

¡VIVA LA LUCHA DE LAS Y LOS TRABAJADORES POR SU PRESENTE Y SU FUTURO!

¡VIVA LA COORDINADORA EN DEFENSA DEL SISTEMA PÚBLICO DE PENSIONES!



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