Siempre me han aburrido
los puzzles. Que las piezas tengan una forma determinada que no se
puede cambiar, que el resultado sea siempre el mismo, sea quien sea
quien lo arme y tarde más o menos en hacerlo, hacen que me resulten
nada atractivos.
Por contra, acostumbrado
a analizar y reflexionar sobre la situación política, aunque muchas
veces se presenta como un verdadero puzzle, sí me resulta atractivo,
incluso llega a constituir, en mí, un verdadero vicio. Pero es que
aquí la realidad es distinta, es cambiante, las piezas no vienen
determinadas de antemano, pueden evolucionar, de forma que admiten
distintos encajes con resultados diferentes, a veces, impredecibles.
Nos encontramos ante un
complejo puzzle. La abdicación del Rey, la renuncia de Rubalcaba a
ser nuevamente candidato, los resultados electorales, la debacle de
los dos grandes partidos (sobre todo del PSOE), las alabanzas de
Rajoy a Rubalcaba a los pocos días de haberse tirado, una vez más,
los trastos a la cabeza en el Congreso, la resolución de los casos
de corrupción pendientes, la previsible imputación de la Infanta...
¿Tienen todos estos hechos una conexión entre sí? Un amigo mío
dice que sí.
Según él, si el Rey
había tomado su decisión en Enero y ha esperado hasta ahora para
anunciarla; si Rubalcaba había tomado la suya hace meses y lo había
comunicado al ínclito Felipe; si este encantador de serpientes
reaparece en el ruedo político apoyando un gran consenso político
PP-PSOE si “las grandes cuestiones de Estado” lo necesitan; si
Rubalcaba no dimite inmediatamente después del desastroso resultado
electoral y mantiene férreamente la llave del PSOE hasta la
celebración de un Congreso Extraordinario que no todo el Partido
quiere; si, como un resorte, y sin consultar a los órganos del
Partido, salta a la palestra, cerrando la posibilidad de que su partido
apoye la petición de referéndum sobre la Monarquía; si, por si
acaso, las primarias internas del PSOE no van a ser vinculantes; y
si, además, está a punto de cerrarse la instrucción del Caso Noos
que materializará probablemente la imputación de la Infanta... si
todo esto ha ocurrido así, es claro que existe un gran pacto
secreto, una burda manipulación de quienes ahora se les dice “casta
política”, y que la fecha indicada para que Juan Carlos nos
sorprenda a todos con su anuncio era ésta y no podía ser otra. De
ahí la tramitación exprés de la abdicación y del nombramiento de
Felipe como Rey.
Si todo esto ha ocurrido
así, en el secreto (y yo también me lo creo), sin conocimiento de la gente, al margen de todo
control democrático, y ocultándolo ante unas elecciones de por
medio, además de que sea un claro ejemplo de manipulación, propio de
una auténtica “casta política”, sería una verdadera infamia democrática.
¡Qué miedo tienen a
saber lo que quiere el Pueblo!
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