sábado, 2 de agosto de 2014

NO MÁS DESPILFARROS

Acabo de participar, en Torrelavega, en una concentración-cadena humana de protesta, que ha rodeado la parcela en la que se pretende construir un “Centro de Emprendedores”, ese tipo de iniciativas que se ha puesto de moda, en los últimos tiempos, y que, más bien, se reduce a iniciativas de algunos “políticos emprendedores”, que pretenden así justificar su sueldo y, también, llenar los bolsillos de algún amiguete constructor y, quién sabe si, incluso, los suyos propios, mediante el cobro, en negro, de la correspondiente comisión.

En Torrelavega, existe ya un Centro con ese fin y que, lamentablemente, sólo funciona al 50% de su capacidad. El nuevo que se pretende pasará, por tanto, sin duda, a engrosar la larga lista de despilfarros y obras faraónicas sin sentido que se esparcen por todo este país, tan castigado por la crisis. Sólo la obra proyectada supone un gasto de 5,5 millones de €, amén de otros gastos que rodean el expediente, y que pudieran suponer duplicar dicha cantidad. Oponerse, por tanto, a este derroche, parece obligado, en una ciudad con tantos parados.

La concentración ha sido calificada de éxito por los organizadores. Por supuesto que todos quienes nos manifestábamos estábamos convencidos de la justeza de nuestra protesta pero ¿toda la gente que pasaba por delante nuestro entendía lo que estábamos haciendo? ¿Nos preocupaba, al menos, que pudieran no entendernos?

Una manifestación es una forma de expresión. Y toda expresión comporta un contenido. Y nuestra manifestación, amén de otras consignas muy manidas, solamente dejaba claro que no queríamos el mencionado Centro. No ofrecíamos ninguna alternativa en que emplear esos dineros públicos, no reivindicábamos que se gastasen en algo más beneficioso para el conjunto de la población, a pesar de que la lista de reivindicaciones que podíamos presentar es, en estos momentos, interminable. Con nuestro rotundo, pero escueto, rechazo, no taparemos la boca a quienes se conforman con que, si se lleva a cabo el proyecto, “al menos, unos cuantos tendrán trabajo”, mientras se construye.

Habernos puesto de acuerdo, de antemano, sobre transmitir un mensaje más entendible para la mayoría de la gente hubiera completado el éxito de nuestra acción. Pero, posiblemente, no hubiera sido fácil, dada la tendencia, actualmente muy extendida, de que la organización está en contra de la libertad.


No perdamos de vista que nuestro objetivo es parar el proyecto, y que, para conseguirlo, necesitamos promover una verdadera marea en contra.

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